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-¿Cómo estás? hace tiempo que no hablamos. La última vez parecías feliz, pero ultimamente me cuentan que revoloteas junto a esa bombilla pero no llegas a acercarte, que incluso hay noches que desapareces...
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-¿Es eso polilla? No sé de que puede tratarse. ¿De qué tienes miedo? ¿temes que la bombilla se funda? ¿qué la cambien por otra? ¿o qué nunca la repongan...? qué su luz se apague contigo...
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-Puedes contármelo polilla, aunque bueno, entiendo que no lo hagas... pequeño gusano dirás ahora...
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-Estoy aquí polilla... puedes hablarme... Yo, no diré nada.
Sabía que lo adivinarías