Ella y nuestro nido de amor
"Era yo más joven. Soñaba y así, en sueños, un ángel me gritó al oido: "Para entrar en el cielo deberás estar tatuado. Lo repitió un par de veces. Luego el eco de su voz se fue apagando sin que llegase a enterarme de si para conseguir tal premio debía tatuarme de los pies a la cabeza o solo un poco..."
Alberto García-alix