"La languidez de la juventud, única y quintaesenciada...¡Qué pronto se pierde para siempre! Todos los demás atributos tradicionales de la juventud: el entusiasmo, los afectos generosos, las ilusiones, la desesperación -todos menos ése-, aparecen y desaparecen a lo largo de la vida. Forman parte de la vida misma. Pero la languidez, la relajación de los músculos todavía no agotados, la mente que busca la soledad y se entrega a la introspección, sólo pertenecen a la juventud y con ella mueren. Es posible que en las mansiones del Limbo los héroes disfruten compesaciones semejantes por haber perdido la Visión Beatífica; también es posible que dicha Visión tenga cierta afinidad remota con esa experiencia terrenal. Yo, por mi parte creí estar muy cerca del Paraíso durante aquellos lánguidos días que pasé en..."
E. W. Retorno a Brideshead.