Ayer la marea estaba extremadamente alta. Las olas subían por la cuesta y la gente se aventuraba a pasar por las rocas, tambaleantes, antes que dar la vuelta por el camino de árboles. Me resistí a contarte la situación. En parte porque era absurda, en parte porque sería una manera indirecta de decir que me gustaría que estuvieras allí. Llegó el verano y parece que tu me manques más que en invierno. Tu me manques en el sentido más literal y negativo.